El territorio ancestral para el Pueblo Afroecuatoriano va más allá de su posesión colectiva de un terreno, pues incluye también la ocupación de un espacio donde se recrea la cultura, el reconocimiento de sus formas de vida y de organización propias. Este espacio de vida también involucra la reproducción de valores, conocimientos, saberes y esa armonía con la naturaleza.
A diferencia de los territorios ancestrales de los pueblos indígenas que se fundamentan en la recuperación de sus tierras desposeídas por la colonia, para el pueblo afroecuatoriano el derecho se legitima en la reparación por ser pueblos transplantados contra su voluntad. Los territorios donde se asienta la población afroecuatoriana fueron ocupados por sus ancestros, quienes a través del tráfico trasatlántico se convirtieron en esclavos y estuvieron al servicio del blanco-mestizo en estos territorios.
“El derecho a reclamar estos territorios como una herencia cultural nace en la reparación histórica del daño que significó el desarraigo de nuestras tierras de origen” (Juan García). Esta ocupación histórica de territorios heredados de abuelos a padres y a hijos trasciende antes de la Constitución de nuestra república como tal, la comunidad de los palenques que los cimarrones construyeron ya tenían sus propias leyes, costumbres, tradiciones y organización.
El Palenque era el nombre de los asentamientos de los esclavos rebeldes que lograron escapar par vivir en libertad. En el palenque, los afrodescendientes mantenían una vida comunitaria caracterizada por la igualdad entre todos sus integrantes, tanto para el trabajo como para el reparto de los alimentos.
En Ecuador, los territorios denominados ancestrales se sitúan en: el Valle del Chota, la Concepción y Salinas, en las provincias del Carchi e Imbabura, y el territorio ancestral del norte de Esmeraldas. Es precisamente en la zona fronteriza del norte de nuestro país donde las familias afroecuatorianas han visto una reducción y/o pérdida significativa de sus territorios producto de la inseguridad ciudadana, la carencia de servicios básicos, el conflicto armado colombiano y la pobreza.
En la zona norte de Esmeraldas, la violencia que existe ha obligado a las familias a dejar sus asentamientos históricos, los han obligado a dispersarse. Actualmente, el derecho al territorio ancestral se encuentra amenazado por la desterritorialización, entendida como la pérdida del derecho jurídico, del reconocimiento legal para vivir en los espacios territoriales (Juan García).
Para los afrodescendientes el territorio es un espacio para la re-creación de la cultura, cosmovisión, tradiciones orales, rituales religiosos, ritmos musicales y parentesco (John Antón). Sin embargo el derecho al territorio ancestral va quedando únicamente inscrito en el papel cuando estos territorios ancestrales son comprados por empresa extractivas o entregados a manera de concesión por parte del Estado, a pesar de que esto significa una ilegalidad y representa la pérdida del espacio territorial para el pueblo afroecuatoriano.
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Agradecemos al Ministerio de Cultura por permitirnos compartir estas imágenes como parte de la memoria e identidad del Ecuador, a través de su amplio archivo fotográfico.
Fuentes: Antón, Jhon. Territorios ancestrales afroecuatorianos: una propuesta para el ejercicio de la autonomía territorial y los derechos colectivos. Quito-Ecuador, 2010.
García, Juan y Walsh, Catherine. Derechos, territorio ancestral y el pueblo afroesmeraldeño.
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