Quiere la boca exhausta vid, kiwi, piña y fugaz jamón. Fabio me exige, sin tapujos, que añada cerveza al whisky. Jovencillo emponzoñado de whisky, ¡qué figurota exhibes! La cigüeña tocaba cada vez mejor el saxofón y el búho pedía kiwi y queso. El jefe buscó el éxtasis en un imprevisto baño de whisky y gozó como un duque.
Exhíbanse politiquillos zafios, con orejas kilométricas y uñas de gavilán. El cadáver de Wamba, rey godo de España, fue exhumado y trasladado en una caja de zinc que pesó un kilo. El pingüino Wenceslao hizo kilómetros bajo exhaustiva lluvia y frío, añoraba a su querido cachorro. El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi.
Los afroecuatorianos e indígenas son los más pobres del Ecuador, según las necesidades básicas insatisfechas (70,1% y 90,1% respectivamente), puesto que poseen la tasa de analfabetismo más alta del país (19,2% y 28,1%) y obtienen menos ingresos que blancos y mestizos[1]. Estos datos son apenas un ejemplo de la brecha social que separa a los afroecuatorianos e indígenas de los mestizos y los blancos.